Alimentos funcionales: de qué va esta tendencia 2021 que promueve la salud

 

La principal función de la dieta es aportar los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo. Pero el concepto de Alimentación Funcional contempla ya no solo nutrirnos, sino la posibilidad de que algunos alimentos mejoren la salud de la población y reduzcan el riesgo de desarrollar determinadas enfermedades. Este es un concepto que se ha popularizado tanto por dietistas, nutriólogos como por médicos generales que no conlleva cambios significativos en la dieta que ya puedas tener, sino únicamente poner especial atención a tu ingesta diaria para optimizarla, más adelante te contaremos algunos detalles.

Los alimentos funcionales son aquellos que tienen un efecto potencialmente positivo en la salud más allá de la nutrición básica. Según sus defensores, los alimentos funcionales promueven una salud óptima y ayudan a reducir el riesgo de padecer enfermedades.

Antes de adentrarnos a explicar qué se entiende por dieta funcional, debemos abordar en concepto de alimentos funcionales, un término que en realidad antecedió al de dieta funcional. Los alimentos funcionales son aquellos que poseen un componente activo que genera beneficios fisiológicos, con el objetivo de prevenir o incluso curar una enfermedad. 

 

Se recomienda seguir con una dieta sana, variada y equilibrada, ya que es la mejor manera de prevenir enfermedades, pero cabe destacar que el estilo de vida occidental en muchos casos ha provocado que se abandonen ciertos hábitos de vida y alimentación saludables, y esos desequilibrios y desajustes en la alimentación en muchos casos están relacionados con un aumento de enfermedades.

 

Popularmente se usan para disminuir el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes, osteoporosis o enfermedades cardiovasculares. En la Unión Europea, en el año 1999, se definieron una serie de criterios que debía cumplir un alimento para ser considerado funcional.

Entre los criterios para que un alimento sea considerado dentro de esta categoría, destacan:

 

  • Que sea un alimento convencional o cotidiano que se consuma como parte de una dieta normal
  • Formado por compuestos naturales, en ocasiones aumentando su concentración o formando parte de alimentos que normalmente no los incluyen
  • Científicamente debe haberse demostrado que promueven efectos positivos en determinada función, más allá de una nutrición básica
  • Estar diseñado para promover un estado de bienestar y salud en orden de mejorar la calidad de vida y reducir el riesgo de enfermedades

 

Entre los componentes más populares que se les añade a los alimentos para convertirlos en funcionales están:

 

  • Probióticos: microorganismos vivos que al ingerirse tienen beneficios para la salud. Son populares los yogures que contienen probióticos.
  • Prebióticos: alimentos que nuestro intestino no digiere, pero que sí contribuyen a la salud de la microbiota intestinal. Entre los más conocidos están los fructooligosacáridos (FOS) y la inulina.
  • Nutrientes esenciales: como hierro, calcio o ácidos grasos omega 3. Una simple visita al supermercado, puede descubrirnos una importante cantidad de productos que tienen nutrientes añadidos.

 

Un ejemplo de alimento funcional que todos conocemos es la avena, ya que contiene fibra soluble que puede disminuir el colesterol. Algunos alimentos se modifican para que tengan beneficios para la salud. Por ejemplo, el jugo de naranja se fortifica con calcio para favorecer la salud de los huesos. 

 

La Administración de Alimentos y Medicamentos regula las afirmaciones de los fabricantes sobre los nutrientes de los alimentos funcionales y los efectos que causan en las enfermedades, la salud o el funcionamiento del cuerpo. Si deseas probar alimentos funcionales, debes escogerlos de manera inteligente. Además, ten en cuenta que, si bien pueden promover el bienestar, es imposible que compensen los hábitos alimentarios poco saludables.

 

Si tienes planes de incluir estas recomendaciones en tu dieta, consulta con tu médico o profesional de la salud. 

 

Según estos planteamientos, el camino debe conducirnos al logro de un objetivo principal: trascender el concepto de alimento funcional al de “dieta funcional”, de manera que promueva la salud de los individuos mediante el beneficio de uno o varios ingredientes funcionales en el marco de una dieta equilibrada, donde se complemente dicha dieta con el papel de la actividad física y la práctica de otros hábitos saludables.

Escrito por: Editorial Audi

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