Bosques Comestibles: la forma de producir comida que va acorde con la cultura, el clima y los suelos de diferentes regiones del mundo.

 

El sistema alimentario global contribuye de manera significativa a los desafíos ambientales que enfrentamos, incluyendo el calentamiento global, la interrupción del ciclo del nitrógeno, cambios en el uso de la tierra y extinción de especies. Nuestra dependencia a recursos no renovables, juega un papel importante en la salud planetaria y en la producción de alimentos en el futuro. Esto significa que tiene que haber una renegociación en los objetivos de la agricultura y en la forma en que usamos los recursos naturales. El enfoque de la producción debe cambiar a uno que le dé más valor a procesos más amigables y menos dañinos al medio ambiente y a la naturaleza. Es por ello que los cambios tanto en dietas, como en modos de producción deben implementarse lo antes posible. Los “bosques comestibles” son una excelente alternativa para empezar a cuidar más del planeta en el que vivimos y hacernos conscientes de nuestro consumo de alimentos.

Los bosques contienen entre 50% y 90% de la biodiversidad terrestre del mundo. Con estas cifras, los bosques de tipo comestible cobran una mayor relevancia del resto, ya que éstos son agrosistemas en los que se apuesta por el equilibrio y la armonía, en donde se propone un modelo de reforestación para la conservación tanto del suelo, como de la biodiversidad. Se plantan árboles y cultivos que pueden producir alimentos en el bosque, además de cosechar lo que crece naturalmente.  

El diseño tiene como idea combinar tanto árboles frutales como plantas comestibles, cultivos de raíz, setas, etc., para crear un bosque joven e imitar las características del entorno natural, que mantenga su fertilidad y productividad. Todo este proceso, se combina con técnicas de manejo permaculturales para garantizar la reutilización de todos los desechos que se producen, haciendo que los aportes externos de insumos y energía sean los menos posibles. El diseño y la arquitectura de los cultivos son parte fundamental ya que con esto se crea un nuevo ecosistema. 

La creación de los bosques comestibles forma parte de un sistema llamado permacultura, cuyos principios se basan en un diseño agrícola, económico, político y social que toma en cuenta características del ecosistema natural. Su sistema deja de lado los monocultivos y las sobreexplotaciones del terreno que acaban con la fauna y empobrecen la tierra. Es por eso que los ecosistemas como los bosques comestibles, se caracterizan por ser cultivos de bajo mantenimiento en donde las plantas se mezclan entre sí y crean una mayor riqueza del terreno y biodiversidad.

 

“La permacultura es la filosofía de trabajar con, y no en contra de, la naturaleza; de observación prolongada y reflexiva, en lugar de labores prolongadas e inconscientes; de entender a las plantas y los animales en todas sus funciones, en lugar de tratar a las áreas como sistemas monoproductivos” 

Bill Mollison 

 

 

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¿Cuáles son los beneficios de un bosque comestible? 

 

Los sistemas agrícolas tradicionales requieren mucho trabajo físico a lo largo del año y energía externa (maquinaría, químicos, etc.). Los bosques comestibles se usan con la idea de obtener el mayor rendimiento con el mínimo mantenimiento. Es decir, este tipo de ecosistema ahorra futuros trabajos de laboreo ya que se cosechará lo que de manera natural nos brinda la tierra, sin emplear ningún tipo energía o mano de obra constante, ni ningún otro recurso dañino para el medio ambiente. Al cubrir el suelo con estas especies, se garantiza la fertilidad del mismo y se evitan malas hierbas, eliminando el trabajo que se requiere para removerlas o prevenirlas. Otros beneficios que aportan los bosques comestibles son: 

 

–       Una gran diversidad de productos cosechados

–       Productos con alto valor alimenticio 

–       Resiliencia a problemas relacionados al cambio climático

–       Beneficios ambientales

–       Potencial comercial 

 


Además de los beneficios mencionados, es necesario remarcar que los bosques son uno de los principales sumideros naturales de carbono, depósitos que absorben el carbono de la atmósfera y contribuyen a reducir la cantidad de CO2 del aire, que emplea la naturaleza para evitar que la temperatura ascienda. Convirtiéndolo en un paso importante en la transición energética y la lucha contra la emisión de gases con efecto invernadero. Adoptando este nuevo sistema, podremos no solo crear un cambio relevante en nuestro planeta sino también en nosotros y en nuestros cuerpos, equilibrando junto a nuestro hábitat y lo que nos ofrece todos los días.

 

Escrito por: Editorial Audi

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