Edición Enero 2025

El Museo del clima tendrá su hogar en Nueva York

En el corazón de una de las mejores metrópolis, se construye un proyecto visionario que armoniza naturaleza, diseño y sostenibilidad de manera excepcional. Este espacio emblemático busca sensibilizar sobre la importancia del medio ambiente.

A través de la innovación, esta obra maestra arquitectónica se convertirá en un puente hacia la conciencia colectiva y transformará la experiencia sensorial en un poderoso llamado a la acción para garantizar un futuro sostenible.

Nueva York se prepara para inaugurar un nuevo ícono arquitectónico y cultural: el Museo del Clima. Este ambicioso proyecto, ubicado en el corazón de Hudson Yards, no solo transformará el paisaje urbano sino que también llegará a aportar al medio ambiente.

La sostenibilidad y la innovación cultural convergen en un proyecto sin precedentes: el primer museo del clima del país, que promete revolucionar la forma en que entendemos y experimentamos la relación entre humanidad y medioambiente.

Con una sede permanente en La Gran Manzana, este espacio será, además de un lugar de exposición, un manifiesto arquitectónico y educativo que reestructura el vínculo entre la naturaleza, el diseño y la conciencia climática.

Situado en Hudson Yards, este museo ocupará 24 mil metros cuadrados dentro de un ambicioso desarrollo que también incluirá viviendas pequeñas, un hotel y un centro de bienestar. Pero el verdadero protagonista será el edificio mismo, un homenaje a los procesos naturales del clima que trasciende los límites tradicionales de la arquitectura.

Más que un contenedor de exhibiciones, el museo es una experiencia en sí misma: un espacio donde el entorno construido y el entorno natural coexisten en armonía, diluyendo fronteras y generando transiciones entre microclimas.

 

A diferencia de los espacios ya existentes, aquí la climatización artificial cede paso a un enfoque sostenible que aprovecha los recursos naturales. El agua, el aire, la tierra y el sol se integran como elementos clave de diseño.

La gestión del agua optimiza su ciclo natural para abastecer tanto la infraestructura del edificio como el parque circundante, mientras que la ventilación cruzada y las pérgolas vegetales ofrecen frescura y confort en cada rincón. Incluso la radiación solar se modula a través de sombras creadas por la vegetación caduca, asegurando un equilibrio térmico que responde a las estaciones.

El diseño interior, liderado por materiales ecológicos y soluciones innovadoras como la purificación del aire mediante plasma frío, complementa esta visión. Las tres plantas del museo albergarán salas de exposiciones, un centro de acción climática y espacios educativos diseñados para inspirar, informar y movilizar.

Julie Coker, presidenta de NYC Tourism + Conventions, lo describe como “un faro cultural que refuerza el liderazgo mundial de nuestra ciudad en turismo cultural”.

Este proyecto, un compromiso con el cambio climático, destaca la importancia de la interacción humana con el entorno. La arquitectura aquí no solo protege de los elementos, sino que facilita el entendimiento y disfrute de ellos. Los visitantes caminarán entre altiplanos soleados y vaguadas sombrías, en un viaje sensorial que conecta la teoría con la experiencia.

Redacción: Editorial Audi

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