Edición Agosto 2024

La antigua ciudad de Baiae revela sus tesoros submarinos

Las serenas aguas de la bahía de Nápoles nos invitan a una experiencia única. Este refugio hedonista, que en su esplendor atrajo a la élite romana con sus aguas termales y su animada vida social, ahora ofrece una fascinante visión del pasado a través de sus restos sumergidos.

El mundo por descubrir podría superar al que conocemos. En la enigmática bahía de Nápoles, oculta bajo sus calmas aguas, yace la antigua ciudad de Baiae, un testimonio sumergido del esplendor y la decadencia de la Roma imperial.

Este paraíso, que en su momento llevó a los poderosos y adinerados de Roma con sus aguas termales y su vibrante vida social, ahora es una ventana al pasado a través de sus ruinas submarinas.En su tiempo, Baiae no sólo era un destino vacacional; era el epicentro del lujo y la opulencia. Ahí, figuras icónicas como Julio César, Pompeyo El Grande y Marco Licinio Craso construyeron sus suntuosas villas.

 

Las residencias, adornadas con mármol exquisito y mosaicos intrincados, fueron testimonio del poder y la riqueza de sus dueños. Los poetas Horacio y Marcial celebraron su belleza, mientras que otros, como Ovidio, criticaron su hedonismo desenfrenado.

No obstante, hoy en día, este espacio cambió drásticamente debido a la intensa actividad volcánica de la región de los Campos Flégreos, una vasta caldera que ha estado activa durante 39 mil años.

A mediados del siglo XVI, un fenómeno geológico conocido como bradisismo, que implica el lento descenso o ascenso del suelo, sumergió gran parte de la ciudad bajo el mar. Este evento, aunque catastrófico, ha permitido que Baiae se conserve en un estado sorprendentemente intacto, ofreciendo una rica oportunidad para la arqueología subacuática.

 

 

Los arqueólogos del Parque Arqueológico de los Campos Flégreos, en colaboración con la empresa Naumacos, han estado trabajando diligentemente para desenterrar y restaurar estos tesoros sumergidos.

Entre los hallazgos más impresionantes se encuentra un vasto pavimento de opus sectile, una técnica de mosaico de mármol que data de entre los siglos III y VIII d.C. Este pavimento, con sus patrones cromáticos de mármol blanco y gris, refleja la sofisticación y el arte de la época tardoantigua.

Además, se han descubierto estructuras de más de ochenta metros de longitud y una columnata de mármol Portasanta, procedente de la isla de Chíos, en Grecia. Este mármol, conocido por su belleza y durabilidad, fue un símbolo de estatus. La calidad de estas obras y su estado de conservación dan fe del nivel de vida que se disfrutaba en Baiae.

Así pues, el lugar se ha convertido en un parque arqueológico submarino, atrayendo a buceadores de todo el mundo que desean explorar sus ruinas sumergidas. Es una experiencia única que combina la emoción del buceo con la fascinación de la historia antigua.

Los visitantes pueden nadar entre los restos de las villas romanas, caminando (o nadando) literalmente sobre el pasado.

Para los apasionados de estas experiencias, Baiae ofrece una oportunidad de desconexión y un viaje introspectivo al pasado. Es un recordatorio de la fragilidad y la grandeza de las civilizaciones, una lección de historia que se despliega bajo las olas.

Redacción: Editorial Audi

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