La guía básica para ser un catador de vinos

 

Catar un vino es estimular a los sentidos para percibir mejor sus características. Numerosos aficionados o amantes del vino, aseguran que saben cómo catar un vino a pesar de no ser grandes expertos en este mundo, sin embargo, los profesionales aseguran que “el buen catador de vino es aquel que lleva años catando miles de vinos y comparando sabores, para descubrir y definir a sus favoritos”.

A veces se piensa que el conocimiento del vino es algo exclusivo para grandes expertos o sumilleres, pero no es así, cualquiera puede disfrutar y a su vez analizar las sensaciones que el vino produce al degustar. Tan solo se requiere de afinar los sentidos.

Lo cierto es que, en cada cata no hay una verdad absoluta los aromas y sabores que apreciamos son únicos, más bien dependen mucho de la experiencia personal del catador, de sus emociones, su estado anímico y del momento en el que se realiza la cata.

 

El objetivo de hacer una Cata de Vinos es descubrir las características de esta bebida para poder identificar la favorita.

 

Consideraciones previas:

Antes de comenzar a hacer una cata o si planeas hacerlo pronto, te recomendamos  algunos aspectos básicos:

  • Realiza esta actividad en un lugar luminoso y bien ventilado, por lo general se lleva a cabo por la tarde en una terraza, ya que la luz natural nos ayuda.
  • Procura no usar perfume o algún otra fragancia, esto te ayudará a diferenciar los aromas. 
  • Si vas a catar más de un vino, procura hacerlo en copas distintas.

El proceso para probar un vino involucra cuatro sentidos y en este orden debe realizarse:

 

1 La vista

 

Lo primero que debes hacer en este proceso es observar la copa de vino de frente a ti, de preferencia con un fondo blanco (puedes utilizar una hoja de papel) por medio de la coloración que presente podrás descubrir si vas a probar un vino joven o un vino viejo: si hablamos de un vino blanco joven presenta una tonalidad amarillenta o pálida inclusive puede ser algo verdoso en cambio un vino blanco viejo tiene una tonalidad más intensa. En el caso de un vino tinto viejo detonará por tonos naranja o color teja en comparación a uno joven con color más violeta.

El girar la copa de vino en círculos nos ayudará a incrementar los aromas, y poder observar la viscosidad que posee dependiendo de lo rápido que el vino se desliza de regreso hacia abajo por la copa.

 

2 Olfato

 

Una vez servida la copa acércala a tu nariz, comienza a inhalar suavemente y empezarás a percibir los siguientes aromas:

 

Aromas primarios

Es la primer esencia que percibes una vez que la copa fue inclinada y provienen de la uva que fue prensada para producir el vino; por lo general son aromas a frutas o flores, que provienen de la naturaleza de la planta y el fruto.

En seguida, gira levemente la copa para que se oxigene el vino y puedas percibir otro tipo de olores. 

 

Aromas secundarios

Estos aromas nos dan referencia del proceso del fermentativo del vino,  por lo general nos remiten a olores de panadería procedentes de la fermentación o productos lácteos como la mantequilla, leche, yogurt, por mencionar algunos.

 

Este tipo de aromas suelen ser más evidentes en lotes más jóvenes. 

 

Aromas terciarios

Esta serie de aromas vienen del añejamiento del vino, tanto en barrica como en la botella. Son aromas un poco variados, pues nos remontan al café, chocolate o semillas de cacao y cabe destacar que son un poco más difíciles de identificar. 

 

Cuando escuches el término “nariz limpia” es porque fue fácil identificar los aromas que desprende el vino. Entre mejor sea un vino, más aroma tiene.

 

3 El gusto

 

Lo primero que debes hacer al degustar por fin un trago, es corroborar que los sabores son idénticos a lo que pudiste percibir con el olfato. Sin enjuagar tu boca, toma el trago. Esta serie de notas se denomina “aromas retronasales”, pueden ser similares a sabores como hierbas finas, maderas, flores frescas, etcétera.

Después de este trago, enjuaga tu boca y define lo que percibes para evaluar los sabores. Hazlo de la siguiente manera.

 

Dulzor

Con la punta de tu lengua podrás determinar qué tan dulce es. De menos a más dulce, las categorías van como “seco”, “semiseco”, “semidulce” o “dulce”. Esto te ayudará a definir el tipo de vino.

 

Acidez

Esta categoría se mide por la “cantidad de saliva” que generas al tener el vino en la boca, y podrás identificarlo con los laterales de tu lengua.

 

Amargor y sabor salado

Utiliza tus encías y determina esta cualidad al “enjuagar” tu boca con el vino. Para determinar si un vino es salado, presta atención al tomar el trago y pasarlo por la parte de atrás de tu lengua.

 

4 El tacto

 

Se considera parte de la cata pues con la lengua identificas la consistencia del vino y percibes los famosos “taninos”, componentes que están en la piel de la uva y que generan sensación de sequedad. Cuando un tanino es “sedoso”, la sensación que produce es suave; si es “potente”, te raspa.

El tiempo que perdura este conjunto de sensaciones en la boca, después de haber ingerido vino varía según cada catador. En general los sabores de un vino básico de calidad pueden desaparecen en pocos segundos, y el final es corto. Sin embargo, un vino extraordinario, presentará sabores que duran un minuto o más.

 

El objetivo de esta guía es poder identificar un vino “redondo”: con una grata cantidad de aromas, con un sabor preferente y el balance perfecto entre la acidez, cantidad de alcohol y su cuerpo.

 

Para que sepas bien qué vino elegir y cuáles son sus características, te compartimos algunas variedades de uvas que existen y cómo maridar para elevar el sabor de tus alimentos.

 

Vinos blancos

Chardonnay

Este tipo de uva es considerada por los expertos como la mejor en su clase. Este fruto se produce en la borgoña francesa y su cultivo se extendió a muchas partes del mundo, de ella se obtienen distintos tipos de vinos blancos con mucho cuerpo, aunque también es utilizada para la producción de vinos espumosos como el champagne. El sabor de este vino combina perfecto con pescados blancos, grillados y ahumados, mariscos o platos vegetarianos y veganos. 

 

Riesling

Es la clásica uva de Alemania, se utiliza tanto para vinos secos como para dulces y tiene un aroma delicioso muy característico. El sabor que nos entrega este vino es perfecto para maridar con crustáceos o embutidos, ya que no compite con el sabor de los alimentos, sino que lo potencia de forma correcta. 

 

Chenin

Esta uva francesa es ideal para producir vinos blancos frutados, ligeros y frescos, también se conoce como uva pineau. Si frente a ti tienes un platillo con queso de cabra, alguna pasta cremosa o sushi, innegablemente debes tener un vino proveniente de esta uva en tu copa. 

 

Sauvignon blanc

Esta uva es originaria de Francia, pero también se cosecha el Nueva Zelanda y Chile. Se emplea para crear vinos de aromas intensos y con matices herbáceos. Para que tu degustación sea llevado un paso más allá, te recomendamos una copa como aperitivo o para maridar con platillos picantes o aves. 

 

Semillón

Esta uva originaria de la región de Bordeaux, Francia, da origen a vinos blancos secos y dulces, algunos muy famosos como el licoroso Sauternes. El vino que se elabora a partir de esta uva, aporta en el paladar un paso cremoso y con baja acidez, que lo hace ideal para maridar con carnes blancas y postres a partir de queso (cheesecake, por ejemplo). 

 

Vinos tintos

Cabernet Sauvignon

Esta es la uva más popular en materia de vinos tiendo, se cultiva en todo el mundo vinícola. Un Cabernet Sauvignon joven es el acompañante ideal de platillos a la parrilla, guisos o empanadas, mientras que las cosechas más antiguas pueden funcionar con alimentos como un paté (te recomendamos el cerdo), carnes suaves como el cordero o carnes de caza. 

 

Merlot

Esta uva de origen francés tiene un sabor similar a Cabernet, pero en la boca puede sentirse un poco más débil. Los quesos de pasta dura como el cheddar, gouda o el parmesano, cremosos como el camembert o de tipo azul como el gorgonzola son el perfecto acompañante del vino que se produce con esta uva. 

 

Syrah

Esta uva se produce en una vid persa, que luego llegó a Francia, para después ser transportada a todo el mundo. Con ella se producen vinos de color intenso y aroma muy profundo, madura bien en la botella, donde adquiere matices especiados. Este vino es una excelente opción para acompañar platos con carnes rojas y de caza, como el ciervo o conejo. 

 

Pinot Noir

Es una uva que se cultiva en pocas regiones del mundo, ya que fuera de su terreno original (la Borgoña francesa) no da excelentes resultados. Ésta es la base para muchos vinos espumosos, si en tu mesa estás a punto de degustar pescado, aves de caza como el pato o comidas a base de hongos, este es el perfecto maridaje para tus platillos.

Escrito por: Editorial Audi

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