Vino verde: todo lo que debes saber sobre esta fresca bebida

 

No se trata de la tonalidad ni del color de las uvas, más bien del paisaje siempre vivo el que le da el nombre al vino verde. Esta joya tradicional de Portugal se produce en una zona protegida por la denominación de origen y puede ser tinto, blanco o rosado. Estos vinos (independientemente de su tonalidad) siempre tendrán las características que aportan los suelos y el clima de la región donde se producen. Serán frescos, con acidez marcada y en algunos casos incluso tendrán burbujas.

Aunque su nombre nada tiene que ver con la coloración de este dulce jugo de la uva, el vino verde es una variedad de vino exclusivo que se produce al noroeste del país luso, donde se encuentra la famosa región de los vinos verdes, entre el atlántico norte de Portugal y el sur de la ribera del río Minho.

El vino verde, que no es de color verde, es producido la región portuguesa de Minho; la denominación de origen abarca la zona entre los ríos Douro y Minho. Ahí, el clima fresco y lluvioso, dificulta la maduración de las uvas tintas, por eso, casi todos los vinos verdes son blancos; se elaboran con las variedades Alvarinho, Arinto, Azal, Avesso, Loureiro y Trajadura.

 

Igual que los países Mediterráneos, Portugal tiene una industria vitivinícola muy importante. 

 

Un vino verde generalmente tendrá una graduación alcohólica inferior al resto de los europeos y las notas frutales saldrán a partir plaza. Cuando es blanco se pueden utilizar siete especies endémicas entre las que resalta el Albariño. Éstas se fermentan sin cáscara con un método llamado bica abierta

Los tintos sólo se pueden hacer con ocho especies de uvas y se deben fermentar con piel. Esto, aunque les sumará astringencia mantendrá la frescura característica de la región. En muchos casos se realiza una segunda fermentación en botella (llamada maloláctica) que carbonatará el vino haciéndolo ligeramente espumoso.

 

¿A qué sabe un vino verde?

 

Es mucho más sencillo encontrar un vino verde blanco pues la producción de éste es mayor a la de tintos. Podrás reconocer en ellos notas florales (específicamente blancas) y cítricos. También hay algunas etiquetas donde puedes encontrar pera y manzana verde.

Serán de tonos dorados pálidos y algunos (haciendo honor a su nombre) tendrán reflejos verdosos (el que no los tengan no los deja de catalogar verdes, recuérdalo). El maridaje siempre va a ser armónico con los ingredientes y productos que se obtienen de la misma localidad. En este caso, los vinos verdes blancos van muy bien con productos de mar como el pulpo y los pescados.

 

Sobre su consumo 

 

Antes de adquirir una botella de vino verde, es necesario que sigas la recomendación de consumirlo cuanto antes; debido a su juventud, dejarlo en la estancia por más de un año, puede afectar las propiedades químicas de la fermentación que le dan sus características de certificado de origen. 

 

Maridaje 

 

El maridaje perfecto con este vino se logra con los productos propios de la región noroeste portuguesa, que por estar rodeado del atlántico, generalmente son los productos del mar como los pescados, pulpo y mariscos.

En el caso de los vinos blancos y el pescado, el bacalao preparado con aceite de oliva y papas es una excelente opción que se considera como el principal y mejor acompañante; sin embargo, el salmón, algunos pescados azules y hasta el arenque van muy bien de la mano con un vino verde de cepas blancas.

Los vinos tintos, a diferencia de lo que se puede imaginar, generalmente se acompañan de ensaladas y aperitivos como quesos y de origen vegetal como los champiñones, nueces y en el caso de los gustos exclusivos y exigentes, las trufas. Sin embargo, hay quienes lo prefieren con algunas carnes rojas como el filet mignon que por la naturaleza de estos cortes, generan una gran pareja.

Escrito por: Editorial Audi

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