El Street Art como parte de la contracultura actual

 

El término arte urbano o arte callejero, traducción de la expresión inglesa Street Art, hace referencia a todo el arte de la calle. El arte urbano engloba tanto al grafiti como a otras formas de expresión artística callejera; desde mediados de los años 90 el término Street Art o, de forma más específica, Post-Graffiti se utiliza para describir el trabajo de un conjunto heterogéneo de artistas que han desarrollado un modo de expresión artística en las calles mediante el uso de diversas técnicas (plantillas, posters, pegatinas, murales….).

El arte callejero, al integrar sus elementos en lugares públicos bastante transitados, pretende sorprender a los espectadores. Suele tener un llamativo mensaje subversivo que critica a la sociedad con ironía e invita a la lucha social, la crítica política o, simplemente, a la reflexión. Sin embargo, existe cierto debate sobre los objetivos reales de los artistas que actualmente intervienen en el espacio público.

Con diferentes ciudades como núcleos del arte callejero, algunos de sus exponentes más reconocidos son Banksy, John Fekner, Shepard Fairey, Blek le Rat; en sus piezas vemos no solo manifestadas las variantes técnicas y estéticas, sino también distintos trasfondos ideológicos como irónicas figuras que se burlan de la política o de la moral. 

El arte callejero se maneja en una delgada frontera entre la expresión estética, política o social, con el vandalismo y otras formas de intervención ilegal de la fachada pública de las ciudades. Esto se debe a que a menudo, en su afán por visibilizar su mensaje, los artistas callejeros trepan a superficies elevadas, intervienen señales del marcaje urbano o anuncios gubernamentales, traspasan los límites de la propiedad privada e incluso, para algunos, son responsables de una forma de contaminación visual. Por esa razón, los artistas callejeros suelen ocultar su identidad y emplear seudónimos artísticos.

El Street Art es una corriente del arte que tiene sus inicios con los primeros artistas del graffiti en los años 60’s, algunos considerando el primer artista de graffiti moderno a Darryl ‘Cornbread’ McCray; un joven afroamericano de Filadelfia. 

 

 

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Desde los años 60 la transformación de este democrático género de arte ha sido popular por su subversivo punto de vista ante el arte clásico o de galería, al ser disponible para todas las audiencias sin costo alguno y no necesitar de una academia, escuela privada o clases particulares para practicarla. Simplemente se necesitaba tener el valor de romper alguna que otra ley. 

 

 

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Después de algunas décadas el Street Art llegó a su más alta popularidad de la mano de Keith Haring, cuyo arte ahora cubre estaciones de metro y se puede encontrar plasmado en las playeras y sudaderas de miles de adolescentes en el mundo; de igual forma algunos trabajos de su contemporáneo Jean-Michel Basquiat

 

 

Gracias a figuras como Haring y Basquiat, la aceptación del mainstream cultural ha dado figuras más jóvenes como Shepard Fairey, artista, diseñador y experto en marketing, dueño de la marca de culto OBEY. Así como gigantes actuales como Bansky y KAWS, ambos los nombres más reconocibles por el público en general por su asociación a causas y comentarios sociales, y la industria de la moda y el entretenimiento, respectivamente. 

 

 

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El Street Art ha logrado cruzar fronteras entre géneros, culturas, medios e incluso industrias. Alguna vez apropiado por la cultura y la industria del skate como una forma de marketing por medio de calcomanías que demostraban la identidad en la marca mediante ilustraciones, invadiendo letreros viales, paredes de baño, patinetas, y años después el exterior de una laptop o termo. 

 

 

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Fue tan prolífico que permeó todos los ámbitos de nuestra cultura, llegando hasta los círculos más prestigiosos del arte, incluso subastando piezas de artistas como Bansky por algunos millones de Euros. Y logrando colaboraciones con marcas de ropa como la última y más reciente colaboración de KAWS con Uniqlo. Definitivamente esta es una corriente que va más allá de las calles y los museos, lista para que la admires en cualquier momento.

 

 

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Escrito por: Editorial Audi

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