Alimentación circular: una forma de ayudar al planeta

 

Hacer sostenible nuestra manera de consumir, podría revertir el impacto a los recursos naturales, pero ¿cómo podemos dar el primer paso? 

La alimentación circular nos abre el camino para responder a esta pregunta. 

Actualmente, vivimos inmersos en la cultura lineal “usar-desechar”. Sin embargo, el planeta ya no puede contener el modelo que por años ha sido replicado para satisfacer las necesidades humanas: extraer recursos de la naturaleza, transformarlos en productos, y una vez que estos pierden utilidad, desecharlos.

Hoy, estamos a tiempo para hacer un cambio en nuestro cuerpo y en el planeta, ¿estás listo? ¡Conoce tres tips de la dieta más sustentable!

La alimentación circular abarca diversos escenarios de consumo-producción, bajo un mismo propósito: preservar y aprovechar por un mayor tiempo, recursos, materiales y productos, reduciendo así la aparición de residuos.

Si bien, los esfuerzos por cambiar se dividen principalmente entre empresas y direcciones de producción, nuestra manera de consumir así como comprar alimentos, puede generar cambios positivos en la regeneración de la naturaleza.

Así que como todo cambio inicia por nuestros hábitos, la alimentación circular no es la excepción a este principio, solo que a diferencia de otras rutinas de bienestar, este modelo tiene una repercusión en la manera de comprar alimentos. 

A continuación, conoce qué hábitos puedes comenzar a modificar en tus próximas compras alimenticias.

 

Piensa local

 

Si eres de las personas que acude a supermercados para comprar frutas y verduras, la alimentación circular te tiene un reto: ¡no más idas al supermercado!

Este punto es clave y tiene tres beneficios: si acudes a bazares gastronómicos o mercados locales, apoyas directamente a productores, los alimentos que consumes serán más frescos y las emisiones CO2 se reducirán por la cercanía de los lugares, es decir con esto se evita consumir otros recursos.

Puedes buscar pasajes gastronómicos o mercados cercanos a ti. 

 

 

El secreto de las estaciones del año

 

Otro hábito consiste en la alimentación estacional, es decir, el consumo de frutas y verduras propios de cada temporada. 

Hacer esto, te traerá múltiples beneficios físicos, además  contribuirás a reducir la emisión de gases ocasionados por el traslado de alimentos entre una frontera y otra. 

El secreto de este hábito es que cuando consumimos alimentos estacionales, le brindamos nutrientes específicos a nuestro cuerpo para afrontar cada temporada.

Por ejemplo, en este otoño e invierno, la lista de opciones es grande, entre las frutas que podemos encontrar son: mandarina, naranja, higo, uva, manzana, pera, tejocotes, durazno, arándanos.

Las verduras características de otoño-invierno son: berenjenas, chícharos, calabaza, pimientos, coliflor, ejotes, rábanos.

¿Te imaginas la variedad de recetas que puedes degustar siguiendo cada estación del año?

 

 

Dieta vegetal

 

También conocida como la dieta del futuro, esta consiste en incluir más alimentos de origen vegetal y menos animal. 

Está comprobado que sustituir el consumo de carnes, lácteos, y productos de origen animal, trae múltiples beneficios a la salud. Además, el impacto en la reducción del desgaste natural es notorio. 

Como verás, la alimentación circular ofrece múltiples alternativas que implican realizar algunos cambios en nuestros hábitos, en especial, los que tienen que ver con la manera de comprar. 

Los beneficios al planeta y a nuestro cuerpo, serán notorios, aunque sin duda, los primeros que podremos ver reflejados serán en nuestro cuerpo.

 

 

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¿Estás listo para implementar alguno de estos hábitos en tu rutina alimenticia?

Escrito por: Editorial Audi

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