Las bibliotecas tesoro que resguardan la historia de la humanidad

Hace más de 4,000 años, el desarrollo de la escritura condujo a los seres humanos a la necesidad de preservar los registros materiales de su conocimiento. Desde las primitivas habitaciones donde se guardaban tablillas de arcilla con inscripciones, hasta los modernos edificios y colecciones electrónicas de nuestros días, las bibliotecas nos han acompañado de cerca en todo el devenir de la cultura. 

Para cualquier amante de los libros, una biblioteca es, por tanto, un auténtico santuario. Un lugar para perderse entre los estantes llenos de conocimiento y cultura.

Estos recintos son un lugar donde se guardan libros, documentos tridimensionales y otras publicaciones para que el público los estudie, lea y consulte. También son territorio de silencio, contemplación y reflexión; un espacio para una experiencia personal, conectando con otros momentos de la historia, con otros mundos, con otras realidades, no solo proporcionada por todas las letras que contiene, sino por la arquitectura del espacio, el ambiente que se construye en la atmósfera interior y la cantidad de recursos que nos ofrecen para un crecimiento personal, mental y (en muchos casos) espiritual.

Las bibliotecas de todo el mundo han sido veneradas durante mucho tiempo como templos del conocimiento de la humanidad. Han sido parte de monasterios, palacios reales, museos, universidades e incluso hospitales. Algunas cuentan con un pasado increíblemente romántico, mientras que otras, como la Biblioteca de Alejandría, fueron destruidas en la guerra o deliberadamente cuando los gobernantes fueron reemplazados y los gobiernos cayeron.

 

El conocimiento a través de los libros ha sido parte de la vida humana desde tiempos inmemorables.

 

 

Muchas de estas bibliotecas han sobrevivido a las pruebas de la historia, y son el hogar de algunas de las colecciones más extrañas que documentan las culturas a través de los siglos.

Así, los principales objetivos de las bibliotecas son:

  • Proteger los libros y otras publicaciones en un lugar libre de riesgos.
  • Conservación, para que no se dañe porque el público consulte constantemente las obras, o porque los documentos estén húmedos, calientes o en condiciones especiales.
  • La organización, de acuerdo a las normas de catalogación y archivo de las obras impresas, a fin de posibilitar el encuentro inmediato mediante clasificaciones como autor, tema o diferente característica de importancia.

 

Ya sea por su larga tradición o por su genial modernidad, estos centros del saber merecen un alto valor, ya que resguardan la historia de la humanidad, contada desde el punto de vista de distintas culturas a lo largo del tiempo.

 

1. Real Gabinete Português de Leitura
Río de Janeiro, Brasil

 

Esta ciudad fue la capital de Brasil desde el siglo XVI hasta 1960, por lo que aquí se pueden ver numerosos vestigios del antiguo Imperio. Un ejemplo es este recinto de estilo neomanuelino (corriente famosa en Portugal, inspirada en el renacimiento gótico) de fachada de caliza.

Su interior está lleno de detalles de madera y oro, y en el centro cuenta con un enorme candelabro de metal. Por su parte, los libros están dispuestos en estantes en las paredes a lo alto de tres niveles. Su acervo está por alcanzar los 400 mil títulos, y representa la colección de obras en portugués más grande fuera de Portugal.

 

 

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2. Biblioteca del Trinity College
Dublín, Irlanda

 

Un pasillo extenso, que pareciera infinito, se descubre al entrar en esta biblioteca que ostenta ser la más antigua de Irlanda.

Es un edificio cuya construcción se realizó entre los años 1712 y 1732, y se ubica dentro del Trinity College que pertenece a la Universidad de Dublín. Su sala principal, conocida como Long Room, es el espacio que más sobresale en este recinto, no solo por su estructura, organización y color, sino porque resguarda 750 mil ejemplares bibliográficos.

 

 

3. Biblioteca Apostólica
Ciudad del Vaticano

 

Es indudable el valor religioso y cultural de la ciudad del Vaticano; valores que se manifiestan en muchos espacios, como es el caso de la Biblioteca Apostólica Vaticana, que alberga un amplio catálogo de libros, manuscritos, monedas y documentos impresos. Asimismo, resguarda uno de los manuscritos con mayor antigüedad de la Biblia: el Codex Vaticanus.

La ubicación de esta biblioteca no fue siempre la misma; en un inicio se localizó en el Palacio de Letrán, que era la Sede Papal en ese entonces, y hasta 1387, con el papa Gregorio XI, la biblioteca se estableció en el Vaticano. Para el siglo XVI, el papa León X adquirió más libros e incrementó la colección de este recinto que sobresale por su antigüedad, historia y composición.

 

 


4. Biblioteca Saraswathi Mahal

Thanjavur, India

 

Esta es la biblioteca medieval más antigua de Asia. Dicho recinto resguarda libros desde el siglo XVI, cuando reinaban los reyes Nayak en la región. Desde ese entonces, dicha colección ha crecido hasta incluir unos 60 mil ejemplares enfocados en temas como literatura, música o medicina ayurvédica (sistema médico originario de la India que se usó durante miles de años, cuya meta era limpiar el cuerpo y restaurar el equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu).
Aquí también se albergan más de un millón de manuscritos, tanto en papel como en hojas de palma (la mayoría de estos últimos en idioma télugu), que están dibujados en diversas caligrafías. Un detalle que le da el nombre al sitio es una estatua de Sarasvati, la diosa hindú del conocimiento.

 

 

5. Biblioteca del Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí
Egipto

 

Data de entre los años 548-565, y es una de las bibliotecas más antiguas del mundo. Su fondo consta de 3.300 manuscritos en griego, árabe, sirio, georgiano y eslavo. Contiene la segunda colección más grande del mundo de manuscritos antiguos, superada por la Biblioteca del Vaticano.

Algunos de los raros manuscritos de su colección incluyen las partes faltantes del Códice Sinaítico, una copia manuscrita del siglo IV de la Biblia griega; la Peshitta, un manuscrito del siglo IV de los cuatro evangelios canónicos del Nuevo Testamento en siríaco; y el Ashtiname de Muhammad, en el que se afirma que el profeta islámico Mahoma otorgó su protección al monasterio. También se incluyen en la biblioteca las primeras ediciones de Homero (1488), Platón (1513), así como las Comedias de Aristófanes (1498).

Es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Volvió a recibir al público en 2017, después de 3 años de restauración.

 

Escrito por: Editorial Audi

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